A veces, una simple consulta al soporte técnico puede convertirse en toda una clase práctica de gestión empresarial.
Un cliente pregunta por qué una factura no se contabiliza como esperaba y, al explicarlo, acabamos hablando de asientos, impuestos, retenciones o métodos de pago.
En Kopen, estas conversaciones son el pan de cada día. Y es que, aunque trabajamos con código, hablamos el mismo idioma que quienes gestionan empresas.
Implantar un ERP no es solo cuestión de programar: también implica entender cómo funciona un negocio, sus procesos, su contabilidad y su día a día.
Por eso, en nuestro equipo no solo somos desarrolladores. Podríamos decir que somos pequeños gestores con mentalidad de informáticos.😉
Índice de contenidos
Más que programar: entender cada negocio
Un buen consultor o desarrollador de ERP sabe que detrás de cada campo, botón o informe hay un proceso de negocio que debe funcionar correctamente. Por eso, en Kopen nos preocupamos por entender cómo factura un cliente, cómo gestiona su almacén o cómo calcula sus costes.
Ese conocimiento práctico es el que nos permite ofrecer un soporte más preciso y proponer mejoras que aportan valor real.
Un ERP es la columna vertebral de la gestión empresarial. Y para que funcione, hay que conocer tanto la anatomía del sistema como la del negocio.
Primero comprendemos y, después, resolvemos problemas
Nuestro trabajo en Kopen podría resumirse en una frase: comprender para poder resolver.
Cada día escuchamos dudas, analizamos procesos y traducimos necesidades empresariales en soluciones dentro del ERP. No se trata solo de responder a incidencias o configurar módulos: se trata de entender lo que realmente hay detrás de cada consulta.
A veces, un cliente nos llama porque “no puede emitir una factura” o “el stock no cuadra”, pero al analizarlo vemos que el origen está en una configuración previa, en un flujo de trabajo poco optimizado o, incluso, en un hábito de uso que conviene revisar.
Muchas veces los usuarios no tienen claro dónde está el fallo hasta que lo hablamos juntos. Ese diálogo es lo que nos permite detectar mejoras, automatizar tareas y hacer que el ERP trabaje realmente para la empresa.
Y es que, nuestro día a día tiene mucho de programar, pero también de escuchar, asesorar e idear soluciones.
Un equipo pequeño con grandes ventajas
Nuestro equipo es reducido, y eso no solo no nos limita, sino que nos da una enorme ventaja. Ser pocos nos permite mantener una comunicación fluida, conocer a fondo cada proyecto y ofrecer una atención mucho más personalizada.
Cada miembro del equipo tiene una visión global de los clientes y de los sistemas que implantamos, lo que nos permite anticiparnos a los problemas y tomar decisiones más rápidas.
Además, al compartir conocimiento de manera constante, todos aprendemos de todos. Y eso hace que el equipo crezca en experiencia colectiva, no solo en número.
¿Qué planes tenemos?
El crecimiento de Kopen no pasa por ser más grandes, sino por ser mejores: más ágiles y más cercanos con quienes confían en nosotros.
Por ese motivo, seguimos incorporando personas que aportan experiencia y conocimiento, pero también esa forma de trabajar que nos define.
Porque en Kopen pensamos que un equipo pequeño, pero bien avenido, es capaz de lograr maravillas.